Cuando termines de leer estas líneas, entenderás que un ser humano nunca puede estar solo. Te servirán para iniciar el camino complejo de poder entender quién eres tú. ¿Crees tú que eres aquel que se refleja en un espejo? Basta con que cierres los ojos y sabrás que tu reflejo en el espejo es sólo una ilusión.


Con tus ojos cerrados te darás cuenta de que eres un ser que estás en el interior de ese cuerpo que se refleja. Sí, tú estás dentro de un cuerpo que con el tiempo se va poniendo viejo. Y casi siempre, el cuerpo físico envejece muy rápido mientras desde adentro nos seguimos sintiendo más jóvenes que ese cuerpo que nos carga.


Así que tú no estás solo, siempre estás con tu cuerpo físico. También te acompaña la conciencia. La conciencia no eres tú. Recuerda que cuando actúas mal te remuerde la conciencia. Ella te saca en cara que no debiste hacer esto o aquello. La conciencia también está ahí contigo. Ella insiste y te repite una y otra vez que no debiste hacerlo y ahora no te deja dormir tranquilo. La conciencia hace que te sientas arrepentido. La conciencia es como un ser divino que también nos acompaña.


También te acompañan los pensamientos. Esos pensamientos que no dejan concentrarte en lo que quieres hacer. Los pensamientos pueden ser tan perjudiciales que en la Biblia se aconseja al creyente cristiano que debe permanecer vigilante de sus pensamientos. Un ser humano nunca puede estar solo. Hasta aquí habrás podido entender que ya somos cuatro. Tú y tus tres acompañantes: un cuerpo físico, la conciencia y los pensamientos.


Esto sólo es el principio. ¿De dónde sale la energía para darle vida al cuerpo físico? Para los creyentes, el espíritu es el soplo de vida. Así, el espíritu viene a ser como una batería que le da vida al cuerpo físico, no a ti. Esto es, que también te acompaña el espíritu. Tú eres un ser que camina, te sientas y te acuestas con este conjunto de acompañantes que nunca se separan y que siempre están juntos. Así, podrás entender con facilidad que es imposible estar solo. Quien dice que está solo es porque aún no ha iniciado el tránsito por el verdadero camino.


¡Qué emocionante es vivir con la conciencia que te dan los conocimientos básicos de la Química!

El autor es doctor en ciencias químicas, residente en Santiago de los Caballeros. huco71@gmail.com

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