Los aditivos químicos son sustancias que se añaden en pequeñas cantidades a los productos industrializados (alimentos, medicamentos, cosméticos, productos para la higiene personal o doméstica, etc.)


Los aditivos químicos alimentarios son una bendición porque permiten: aumentar la vida útil; incrementar el valor nutritivo, mejoran el sabor, textura y apariencia de los alimentos.


Son una bendición desde el punto de vista químico porque gracias a ellos la industria puede impedir o reducir el crecimiento de hongos y bacterias en los alimentos. Asimismo, protegen los alimentos de la oxidación; lo cual explica por qué los alimentos no se dañan con facilidad y pueden ser almacenados por un mayor período de tiempo.


Cuando una bebida está muy aguada y se quiere que esté más espesa se añaden aditivos químicos espesantes. Esto provoca que se aumente la viscosidad, propiedad física que hace que los líquidos se resistan a moverse sobre una superficie. Ejemplo, la miel de abeja es más viscosa que el agua. El agua se resbala más fácilmente que la miel en una pared porque es menos viscosa.


Todos sabemos que el agua y el aceite no se juntan. Sin embargo, gracias a los aditivos químicos que se conocen como emulsionantes o emulsificantes esta unión se hace posible.


En las bebidas gaseosas se suele utilizar un emulsionante que se conoce como Aceite Vegetal Bromado, BVO, por sus siglas en inglés.


Recientemente la Food and Drugs Administration (FDA), entidad de control de calidad de los Estados Unidos, ha prohibido el uso del aceite vegetal bromado (BVO) en las bebidas gaseosas. Esta noticia ha generado preocupación en una parte de la población de la República Dominicana. Esto se debe a que ha surgido la preocupación acerca de que, si las bebidas gaseosas que son comercializadas en la República Dominicana contienen o no, BVO.


Como químico, lo primero que se debe decir es que hay que hacer un llamado a la prudencia y no caer en el pánico. El pueblo dominicano debe estar tranquilo. Sabemos que la composición química de las bebidas gaseosas, y de la mayoría de productos industrializados comercializados en la República Dominicana, se pueden mejorar.


En otras entregas se ha dicho que la concentración (cantidad) de azúcares, cloruro de sodio (Sal común), y aditivos químicos en general (conservantes, colorantes, saborizantes…), puede ser reducida y/o reformulada: en la mayoría; por no decir, en todos los productos industrializados de la República Dominicana.


Las potenciales enfermedades (daños al riñón, hígado, sistema nervioso, alergias, cáncer) asociadas a los aditivos químicos constituyen una maldición. No obstante, hay que señalar que los aditivos hacen daño a la salud dependiendo del tipo de aditivo, su cantidad y la frecuencia con que se consuma. En general, existen un gran número de aditivos químicos que son considerados totalmente seguros para la salud.


En el caso de la BVO, lo prudente es investigar el mercado dominicano. Determinar si hay presencia o no, del BVO en nuestras bebidas gaseosas y cualquier otro producto de consumo humano. En función de los hallazgos se deberán establecer nuevas normativas y tomar otras decisiones.


Es momento de que la República Dominicana ejerza un mayor grado de soberanía. No debemos seguir aceptando o prohibiendo los productos que aceptan o se prohíben en otros mercados internacionales.


Como químicos, sólo necesitamos el apoyo de nuestros legisladores y del Poder Ejecutivo para convertir por ley, a la Asociación Química Dominicana (AQD) en el Colegio Químico Dominicano.


El Colegio Químico Dominicano es una necesidad urgente para proteger la salud pública dominicana. Sobre todo, para que los profesionales de la química puedan facilitar sus conocimientos y energía humana a la asesoría de todos los estamentos gubernamentales en materia de Ciencias Químicas.


¡Qué emocionante es vivir con la conciencia que te dan los conocimientos básicos de la Química!

El autor es doctor en ciencias químicas, residente en Santiago de los Caballeros. huco71@gmail.com

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