Cápsula de sabiduría para la felicidad: la filosofía, la ciencia y la vida me han enseñado que (LA DISONANCIA COGNITIVA ES PERJUDICIAL). José Tavárez.


La disonancia cognitiva se refiere a un conflicto interno que experimenta la persona cuando sus creencias y valores chocan con el comportamiento que realiza. En esa circunstancia se genera una tensión o desarmonía entre el sistema de ideas, creencias y emociones (cogniciones) con respecto a las acciones que el individuo se ve “forzado” a ejecutar.


Para un mejor entendimiento de la cuestión planteada, veamos algunos ejemplos: Una empleada que quiere conservar el puesto, pero rechaza el acoso a que la somete su jefe; el religioso que guarda el sábado, sin embargo, la empresa le exige trabajarlo; la persona inmersa en un triángulo amoroso, etc. La disonancia puede estar en todos los ámbitos de la vida: familia, trabajo, negocios, relaciones interpersonales, etc.


Aunque no todos sufren con la misma intensidad, la disonancia cognitiva no deja de representar cierto malestar que termina afectando la paz interior y la felicidad del individuo. Para evitar que la situación se convierta en una fuente permanente de ansiedad, angustia e incluso depresión, hay dos soluciones posibles: Modificar el sistema de creencias, valores, sentimientos, etc., o rectificar el comportamiento para hacerlo compatible con las cogniciones fundamentales.


Es recomendable que la persona, en conflicto consigo misma, someta a crítica ciertas creencias o “conocimientos” cuya base científica o racional es frágil. Por igual, de forma autocrítica, ponderar la pertinencia de mantener una conducta que le hace sentirse incómodo o avergonzado. La clave es restablecer la armonía entre valores y acciones, es decir, hacer aquello en lo cual se cree. Un terapeuta con entrenamiento en Terapia Cognitivo Conductual puede ser de gran ayuda para las personas que sufren por la incertidumbre de cómo encarar el malestar que acarrea la disonancia cognitiva.



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