Niña reflexionando sobre ética y moral en un mundo de juguetes

Uno de los primeros autores que descubrió y subrayó la importancia de la infancia fue Sigmund Freud, creador del Psicoanálisis. Para el autor, todos los procesos psíquicos tienen su génesis en los primeros años de vida de tal modo que esas experiencias influirán en el carácter y en el desarrollo de la vida adulta. Aunque en aquel momento se pensaba a la infancia como la posibilidad del futuro, y era solo un tránsito para llegar a la adultez, muchos de los procesos que forman parte de lo humano y que comienzan a gestarse de manera temprana se han estudiado profundamente, entre ellos el desarrollo de la moral y la ética.


Todos hemos visto videos, o reels, especialmente de niños pequeños, con un alto sentido de la moral. Recuerdo uno donde un padre, para mofarse, monta una escena de grabación junto a su pequeña hija presentándose a sí mismo. En la misma dice muchas mentiras, por ejemplo, que come sano, que hace mucho ejercicio y ordena siempre la casa. La niña va cambiando los gestos de su carita y se ofende a tal punto que intenta parar la grabación varias veces aunque el padre insiste y le pide por favor que le siga la corriente. Obedece ofuscada pero se cruza de brazos y pone cara de enojada para mostrar su total intolerancia a las mentiras.


La moral se refiere a las creencias, normas y valores que una sociedad o un grupo cultural específico considera como correctos o incorrectos. Suele ser transmitida de generación en generación y puede variar entre diferentes culturas y momentos históricos.


La ética es la forma individual de relacionarse con la moralidad y la manera en que cada quien a partir de ella se da forma a sí mismo. La ética es una reflexión crítica sobre la moralidad y supone una forma de ser y estar en el mundo.


Los niños y niñas tienen sentidos muy arraigados acerca de lo que está bien y lo que está mal, según se lo hayan enseñado dentro de las familias, escuela y otras instituciones en las que transcurran parte de su vida. Además ejercen una observancia de esas reglas implacable, lo que es su sentido ético.


Muchos autores han trabajado la génesis de la moral y la ética desde la infancia.


Fue Erik Erikson, psicólogo y psicoanalista de origen alemán, quien argumentó que el desarrollo de la confianza en los cuidadores es la piedra angular para el desarrollo de un sentido de seguridad y una base ética sólida para niños y niñas.


Jean Piaget, psicólogo suizo, realizó investigaciones pioneras también en este sentido. Su teoría del desarrollo moral se centra en cómo los niños desarrollan su capacidad para tomar decisiones éticas a medida que maduran cognitivamente. Afirmaba que los niños pasan por diferentes etapas de desarrollo moral, desde la moralidad heterónoma en la que siguen reglas sin comprender su significado, hasta la moralidad autónoma en la que entienden y aceptan las reglas basadas en principios éticos.


Otro autor, Lawrence Kohlberg que amplió el trabajo de Piaget, desarrolló una teoría de seis etapas del desarrollo moral que se basa en la capacidad de razonar sobre dilemas éticos. Su trabajo se centró en cómo las personas desarrollan su sentido de la justicia y la moral a medida que avanzan a través de estas etapas.


Martin Hoffman, un psicólogo conocido por su trabajo sobre la empatía y el desarrollo moral en la infancia, destaca la importancia de la empatía en la toma de decisiones éticas y cómo los niños desarrollan la capacidad de comprender y preocuparse por los sentimientos de los demás.


John Dewey, fue un filósofo y educador que enfatizó la importancia de la educación en el desarrollo ético de los niños. Argumentó que la educación debe ser experiencial y basada en la resolución de problemas para ayudar a los niños a desarrollar su capacidad de tomar decisiones éticas informadas.


Carol Gilligan es una psicóloga y feminista conocida por su trabajo en el campo del desarrollo moral y ético, particularmente en lo que respecta a las diferencias de género en el enfoque moral. Gilligan argumenta que tanto los niños como las niñas pasan por etapas de desarrollo moral, pero que a menudo muestran enfoques morales ligeramente diferentes. Mientras que algunos niños pueden enfocarse en principios abstractos de justicia, muchas niñas y algunos niños se centran más en el cuidado, la empatía y las relaciones interpersonales en sus decisiones éticas desde una edad temprana.


Esta autora destaca que las niñas pueden ser socializadas para dar prioridad al cuidado de los demás y a las relaciones, lo que influye en sus decisiones éticas. Esto no significa que los niños no sean éticos o que no valoren el cuidado, pero sugiere que pueden tener una orientación ligeramente diferente en sus consideraciones morales. Gilligan abogó por reconocer y valorar la voz femenina en la ética, que se basa en la empatía y el cuidado hacia los demás. Argumentó que esta perspectiva a menudo se pasa por alto en las teorías morales tradicionales que se centran en principios abstractos y que es importante incluirla en la discusión ética.


Aunque gran parte de su trabajo se centró en el desarrollo moral de las mujeres, las ideas de Gilligan sobre la ética del cuidado y la consideración de las relaciones son fundamentales para la educación ética en la infancia, subrayando un mayor interés en cómo enseñar la empatía y el cuidado como componentes clave de la educación moral en los niños.


El desarrollo de la ética y la moral es un proceso fundamental en la formación del carácter en la infancia. A medida que los niños crecen, comienzan a diferenciar entre lo que consideran correcto e incorrecto. Esto se basa en gran medida en las normas y valores que han aprendido de sus figuras de autoridad y su entorno.


Al principio cuando son muy pequeños repiten esos aprendizajes. Con el tiempo, los niños comienzan a desarrollar una conciencia moral interna. Esto significa que empiezan a tener un sentido interno de lo que está bien y lo que está mal, independientemente de si alguien los está observando o castigando. Piensan y reflexionan acerca de estas temáticas y lo conversan mucho con sus terapeutas cuando asisten a terapia, por ejemplo.


Es decir, no es un tema menor porque forma parte de su forma de ser y estar en el mundo. Muchas veces los niños o adolescentes no comparten los valores morales de sus familias y pueden sentirse muy mal por ello porque les quita un sentido de pertenencia familiar.


Los niños y niñas aprenden a tomar decisiones éticas a medida que enfrentan dilemas morales en la vida cotidiana. Esto implica considerar las consecuencias de sus acciones en los demás y elegir lo que creen que es lo correcto, por ejemplo, tomar un juguete de un amigo sin permiso o usar el celular de alguno de sus padres a escondidas.


A medida que los niños ingresan en la adolescencia, la influencia de los pares desempeña un papel importante en sus decisiones éticas porque comienzan a ser interpelados por las normas morales de su grupo de amigos y también a conocer a otras familias.


Es importante destacar la importancia de los entornos digitales donde a diario los niños enfrentan cuestiones éticas relacionadas con el uso de la tecnología, como el comportamiento en línea, la privacidad y el ciberacoso.


Por ello, es fundamental que los adultos podamos contener, dialogar para que puedan expresarse y tomar las decisiones éticas en este contexto.


Los niños y niñas también pueden aprender sobre la responsabilidad social y el impacto de sus acciones en la sociedad en general. Esto puede fomentar un sentido de responsabilidad ética hacia los demás y el entorno y la ética del cuidado.


Fomentar la discusión abierta sobre temas éticos puede ayudar a que los niños y niñas reflexionen sobre cuestiones morales y puedan desarrollar su capacidad de razonamiento ético. Esto les permite expresar sus pensamientos y escuchar diferentes perspectivas.


El desarrollo de la ética desde la infancia es un proceso dinámico y en evolución constante que involucra una variedad de influencias, incluyendo figuras de autoridad, experiencias sociales, educación y su propia capacidad crítica. Los adultos desempeñamos un papel crucial al proporcionar orientación y modelos éticos, espacios de debate y escucha para que los niños y niñas desarrollen sus propios sistemas de valores y toma de decisiones éticas.

-infobae