Por HUMBERTO CONTRERAS VIDAL

Conforme al Diccionario de la Lengua Española, analogía es una relación de semejanza entre dos cosas distintas. Así, en este breve texto se hará una relación entre una reacción química y una guerra. En una reacción química es necesario que haya reactivos, esto es, sustancias que reaccionen. Al igual que en una guerra es necesario que haya personas o grupos de personas que hagan la guerra.


Para que haya reacción deben darse condiciones específicas, al igual que para que haya una guerra. No basta con que haya un combustible (ej. gas propano) y un comburente (oxígeno en el aire). Es necesario que se eleve la temperatura hasta que se forme un fuego (una llama).


Esta llama es el producto de una reacción de combustión. Permanecerá encendida hasta que haya gas propano y oxígeno en el aire. Y al mismo tiempo, se mantenga la condición que dio inicio a la reacción, la elevación de la temperatura.


Si se quiere detener esta reacción sólo hay que quitar el combustible o el comburente. O bien, reducir la temperatura como cuando se le echa agua a la llama. Al enfriarse la llama se detiene la reacción, el fuego se apaga.


Análogamente, cuando los intereses de las personas o grupos de personas no coinciden se crean condiciones para el conflicto. Alguien quiere quedarse con lo del otro, es como elevar la temperatura; allí se da inicio a la guerra.


Cuando la guerra ocurre entre países, los suministros de armas de un lado y del otro, son como el combustible y el comburente. Habrá guerra mientras haya suministros suficientes en ambos lados (combustible y comburente). Mientras se mantengan las condiciones que originaron la guerra (la temperatura alta), permanecerá el conflicto armado.


Para detener una guerra (una reacción química) es necesario que acaben los suministros (el combustible o el comburente). O bien, que cambien las condiciones -que ese alguien no quiera quedarse con lo del otro-.


Gracias a la razón humana, mediante el diálogo se pueden cambiar las condiciones para que un conflicto termine en una paz duradera. De lo contrario, la ambición del hombre seguirá llevándolo a su autodestrucción.


Elevemos nuestras voces para que se acaben los suministros a todas las guerras del mundo. Y mediante el diálogo alcancemos condiciones que nos permitan a todos vivir seguros y en paz.

 

¡Qué emocionante es vivir con la conciencia que te dan los conocimientos básicos de la Química!

El autor es doctor en ciencias químicas, residente en Santiago de los Caballeros. huco71@gmail.com

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