Todos ese hemos vivido ese momento incómodo en el que no sabemos si la persona que tenemos delante nos está mintiendo o no. Puede ser un hermano diciendo que no ha cogido tu chaqueta favorita, tu pareja asegurando que no te engaña, o tu primo afirmando que no ha usado la cuenta de Netflix que te dejaste abierta en su casa. No importa lo grande o pequeña que sea la mentira, siempre es igual de frustrante saber que alguien no te dice la verdad.


Muchos, de pequeños, deseábamos tener el poder que tenían los agentes de policía de Mentes Criminales o CSI para determinar si un sospechoso decía o no la verdad, según el movimiento que hacía con sus manos o la dirección de su mirada. Pero, cuando intentábamos poner en práctica sus estrategias para demostrar que nuestro hermano mentía diciendo que no se había tomado el último trozo de pizza, nuestras madres nunca daban nuestra teoría por legítima.


Por supuesto, la mayoría de nosotros tampoco tenemos a nuestra disposición un detector de mentiras que pueda ayudarnos en estas situaciones. Pero sí que podemos contar con los trucos que Joe Navarro, agente especial del FBI y miembro fundador de la Unidad de Análisis del Comportamiento, nos da para saber si alguien miente.


1. Los labios

En el momento en el que apretamos los labios, estamos lanzando señales de que algo no va bien. El agente afirma que esto es muy común entre la gente que testifica ante un juez, debido al nerviosismo que provocan estas situaciones.


Además, la boca tiende a secarse, y la persona puede pasar la lengua por sus labios en distintas ocasiones.


2. Patrones de respiración

Cuando se le pregunta algo a una persona y, esta ventila mientras oyen la pregunta o la responden. Esto puede ser un indicador de que se encuentra en una situación que le provoca malestar psicológico. Es importante prestar atención a la respiración de la persona con la que hablamos.


3. Tocarse el cuello

Es común que, cuando alguien está nervioso, haga diversos movimientos con las manos. Entre ellos, el más común es pasar la mano por su cuello, especialmente la zona que se une con el esternón. Los mentirosos expertos disimulan este gesto tocando el nudo de la corbata.


4. Girar el cuerpo

El lenguaje corporal habla por si solo. Navarro estableció el término “negación ventral”, que suele usar cuando un tema es polémico o es difícil hablar de él. “Es un mecanismo de distanciamiento. La gente lo hace de forma sutil, haciendo parecer que simplemente están cambiándose de posición, pero terminan por girarse. Su estómago se sitúa en la dirección contraria. Incluso cruzar las piernas puede servirles para establecer una barrera, mientras no rompen el contacto visual.”


El agente afirma que este comportamiento se da de forma común cuando al sospechoso se le pregunta algo difícil de responder.


5. Rascarse el ojo

Muy a menudo, nos tocamos los ojos cuando nos piden algo que nos molesta. Suele ser muy preciso para determinar cuando algo supone un problema y, sobre todo, por qué lo que estamos preguntando supone un problema. También ocurre cuando en un debate una persona no está de acuerdo con el resto, o cuando se dice algo incorrecto de forma intencionada.


Navarro cuenta que cuando estudió a niños nacidos con ceguera, estos también se tapan los ojos cuando escuchan a alguien decir algo que no les gusta.


6. Esconder los pulgares

Es un truco muy conocido, pero suele ser muy efectivo a la hora de determinar cuando alguien miente. Ocurre cuando alguien afirma que algo es verdad, o cuando incluso añade muchos detalles a una historia, pero no podemos ver sus pulgares, porque los sitúa debajo de sus manos, o directamente los esconde.


Este simple gesto es una señal que nos deja ver que hay una falta de compromiso por parte del interrogado, y nos trasmite inseguridad. Da igual lo que la persona nos esté contando, o la cantidad de detalles que dé, su cuerpo nos está dando información completamente distinta.


7. El habla

Además del lenguaje corporal, también es útil analizar de forma profunda ciertos patrones del discurso para saber si alguien miente. Normalmente, sueles tener una idea sobre la personalidad del individuo con el que hablamos, por lo que será fácil determinar cuando cambia su comportamiento o forma de hablar. Si se trata de un extraño o alguien a quien no conoces tanto, debes trazar una estrategia.


“Tratamos de calmar a la gente, reducir todo lo que pueda causarle estrés para, así, determinar cuál es la base de su personalidad. Así, podremos determinar cuándo están cambiando su comportamiento al hacerles una pregunta determinada”, dice Navarro.


Al ponerse nerviosos, algunas personas empiezan a hablar más rápido, su voz se vuelve más aguda, se traban al hablar o tosen. 

“Los mentirosos quieren convencer, no comunicar, como hacen las personas honestas. Por ello, a veces repiten varias veces la misma información, para asegurarse de que les están creyendo. Su voz se hace más débil al principio o al final de cada declaración”.


Cómo pillar a un mentiroso o descubrir la verdad

Navarro afirma que, para pillar a un mentiroso, la mejor estrategia es hacer preguntas que apelen a sus emociones. El sospechoso ya viene con una historia preparada que busca dar la impresión de ser real y objetiva, pero cuando se les pregunta cómo se sintieron en un momento determinado, les pilla desprevenidos. Pensarán en su respuesta durante un rato y, si son culpables, darán una respuesta generalizada, carente de emoción.


Cuando notamos que nuestra pregunta causa malestar a la otra persona, no debemos preguntarle qué es es lo que le incomoda. Navarro lo califica como un error de principiante. “Nunca debes comunicar a los demás lo que estás observando. Debes continuar hablando sobre otros temas y, después, volver a la pregunta que ha incomodado al sospechoso para ver si reacciona de forma diferente. Si lo hace de la misma forma, sabrás que no es el entorno lo que le está causando estrés, sino la propia pregunta”


El agente aconseja preguntar cosas cada vez más específicas, hasta llegar a la verdad.

-revistagq