El verano ha iniciado con un calor casi inaguantable y que se hace peor porque es casi imposible vivir constantemente a la merced de un aire acondicionado o un abanico, especialmente cuando se toman en cuenta factores que están fuera de nuestro control, como los apagones o el precio del combustible (en el caso del aire acondicionado de los vehículos). Por eso es importante valerse de cualquier herramienta, rutina, costumbre y tip disponible para saber cómo sobrellevar la calidez de la temporada. A continuación, hemos recopilado seis hábitos para combatir el calor del verano.


Una agenda para esquivar el calor


Planificar cualquier actividad con anticipación permite elegir la hora y el lugar en que dicho evento se va a realizar para evitar los peores efectos del sol y el calor, especialmente si es necesario acomodar a aquellos más afectados por la alta temperatura como los ancianos, los niños y las mascotas. Trata de realizar tus actividades en edificios con aire acondicionado y en espacios que no estén expuestos al sol directamente. También hay que tomar en cuenta la hora en la que se realizará la actividad porque así puedes evitar los momentos más calurosos del día.


Saber vestir para la ocasión


Si por cualquier motivo debes salir a la calle a una hora en la que el sol está en sus buenas, no solo es importante vestirse con ropa ligera, suelta, de colores claros y hecha de telas naturales. También es esencial tener a mano artículos como un protector solar, un sombrero, una sombrilla y, el más relevante de todos, una botella de agua.


La hidratación es la clave


Hay que volver resaltar la importancia de siempre tener a mano una botella de agua porque no se puede dejar de tomar agua, incluso cuando no siente sed. Por otro lado, también es importante evitar los líquidos deshidratantes. Lo ideal es que el alcohol, el café, el té y los refrescos con estimulantes como la cafeína no sean considerados la primera opción cuando quieras tomar algo.


El poder de una fruta fresca


En esta época de calor es importante consumir frutas frescas, ricas en fibras y nutrientes y que tienen un alto contenido de agua. Entre los alimentos más ideales para mantenerte fresco e hidratado están la sandía, el melón, las cerezas, los melocotones y las ciruelas.


Las pausas que hacen la diferencia


Si tienes la oportunidad de planificar tu agenda diaria, sería de gran ayuda que te programes para tomar un descanso cada cierto tiempo. Estos pequeños períodos pueden estar esparcidos durante el día y los puedes aprovechar para tomar agua, merendar, pasar unos momentos en un espacio alejado del sol y, preferiblemente, con aire acondicionado.


- diariolibre