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A pesar de que la definición de la palabra “ego” puede variar según la disciplina a través de la cual se utilice, en general se puede considerar como el ideal que una persona tiene de sí misma y que utiliza para desenvolverse en la sociedad. Este ideal o “máscara” se construye en base a experiencias pasadas, incluyendo traumas infantiles, y aunque es creada para ayudar a la persona a “sobrevivir” al interactuar con el resto del mundo, también puede ser la causa de limitaciones en su vida, especialmente en el ámbito laboral y en este artículo veremos algunos ejemplos.


Un muro ante el mundo

La habilidad de establecer relaciones sólidas y saludables con compañeros de trabajo puede verse afectada por el instinto de crear muros emocionales. Aunque el objetivo sea evitar mostrar vulnerabilidad o debilidad, este instinto de protección puede aislar a la persona que lo hace de los demás.


La sobrecarga de deberes

Ya sea por el miedo de sentirse innecesario o por la creencia de que otros no realizarían la tarea asignada con la misma diligencia y efectividad, una persona puede sobresaturarse de deberes y terminar agotada y estresada. La idea es aprender a relegar responsabilidades y entender que el mundo no se terminará si lo hace.


Estancamiento profesional

En las ocasiones que se presentan oportunidades para hacer cambios que pueden significar una mejoría en la carrera y vida de una persona, pueden surgir dudas sobre su capacidad para lograrlo o sobre los riesgos relacionados a este tipo de acción. Esto se debe a que la labor del ego es mantener a la persona a salvo, no feliz. Por eso la persona debe optar entre arriesgarse para tratar de triunfar o conformarse con su situación actual solo para sobrevivir.


La trampa de la máscara

La “máscara” creada para interactuar con el mundo, ya sea en el trabajo o a nivel social, puede ser una limitante porque la persona siente que es necesario interpretar ese papel para poder encajar con los demás. Este comportamiento, además de que evita que otros conozcan quién es esa persona en realidad, también puede ser agotador, ya que tiene que fingir constantemente.


Un comportamiento bajo

El ego, motivado por sensaciones como el miedo, carencia e incapacidad, puede causar que una persona actúe con prejuicio y envidia y así, por ejemplo, termine rechazando aquello que es diferente o criticar el éxito ajeno. Por eso, para evitar este tipo de comportamiento, hay que saber cómo identificar y lidiar con estas emociones.



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Fuente: Diario Libre

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