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Después de la pandemia, mucha gente sacó a flote su creatividad, supo innovar, crear nuevos negocios y dejarse llevar de la modernidad en su trabajo. Todo esto está asociado a la economía naranja, una rama de la que los expertos venían hablando desde años, pero que con la llegada del coronavirus se disparó. 


Y justamente, es la economía naranja y los denominados “negocios creativos” los que podrán mantener con ingresos a los emprendedores, siempre que sepan aprovecharla desde su área de estudio. 


La economía naranja se refiere a bienes creativos, como artes visuales y performativas, artesanía, audiovisuales, diseño y nuevos medios. En tanto, los servicios creativos pueden ser la arquitectura, la cultura y recreación, la investigación y el desarrollo y la publicidad. 


Incluso, de los servicios creativos hay áreas que juntas están funcionando a la perfección, por ejemplo, muchos arquitectos ahora están usando las redes sociales para publicitar sin “paga” sus trabajos, haciendo que la gente ahora valore más la decoración de interiores  como una manera de vivir con un estilo de vida más cómodo y en la que confluyen la estabilidad física y la mental. 


Estudios evidencian que esto se debe a que el comercio de servicios creativos crece 70% más rápido que el de bienes creativos y estas transacciones ocurren de manera creciente a través de internet.


Felipe Buitrago Restrepo e Iván Duque Márquez, consultores del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en estos temas, revelan en su libro “La economía naranja: una oportunidad infinita” que el comercio creativo también es menos volátil y una prueba de ello es que ha soportado mejor la crisis financiera global que sectores como el petrolero. 


Los especialistas señalan que la provisión de bienes y servicios creativos, sobre todo los últimos, no enfrenta las mismas restricciones naturales de suministro y escasez que el petróleo, además de que la volatilidad del precio no es la razón de crecimiento de la economía naranja. 


Según la UNESCO, las industrias culturales y creativas constituyen un heterogéneo grupo de actividades e industrias que tienen como objeto principal la creatividad, producción, promoción, difusión y comercialización de bienes y servicios de contenido cultural o artístico, y que se encuentran relacionadas con los derechos de propiedad intelectual para generar ingresos. 


Desafíos para RD

Un boletín del Ministerio de Industria, Comercio y Mipymes (MICM) cita que en República Dominicana, a lo largo de los años, diversas instituciones han tomado iniciativas para el fomento de las industrias culturales y creativas en el país, entre las que destacan el Fondo Nacional de Estímulo a la Creación Cultural y Artística (FONECCA), el programa “Innovate” y Arte 2030, una iniciativa que busca contribuir y posicionar la visión de desarrollo humano sostenible contemplada en la Agenda 2030 en las expresiones artísticas de los colectivos culturales y artísticos del país.


De acuerdo al documento del MICM, a pesar de todos estos esfuerzos gubernamentales, las industrias culturales y creativas aún presentan retos fundamentales que anteceden a los planteados por la crisis del COVID-19. Entre estos están la escasez de datos y estadística centralizada y actualizada de todos los sectores, los altos niveles de desigualdad y la baja presión tributaria devengada de la informalidad económica imperante en la sociedad dominicana. 


Por otro lado, el amplio capital cultural dominicano ha fallado en aprovechar y explotar los distintos nichos de mercados vírgenes y que, si bien es cierto que la Estrategia Nacional de Desarrollo 2030 contempla el desarrollo de la economía naranja, los esfuerzos para lograr este objetivo han sido tímidos y de poca envergadura.


¿Sabías qué? 

En América Latina y el Caribe, para el año 2015, el sector de las industrias culturales y creativas representó el 2.2% del PIB, y generó 1.9 millones de empleos. En cuanto a subsectores, las industrias de la televisión, la publicidad y la de periódicos y revistas son las más importantes en términos de ingresos para la región, generando aproximadamente US$41,900 millones, US$21,100 millones y US$19 millones, respectivamente.


Para el año 2016, en República Dominicana, el aporte de la denominada economía naranja representó un 1.5 % del PIB, según el Reporte de Seguimiento de la Cuenta Satélite de Cultura, elaborado por el Ministerio de Cultura, estadisticas que estan reflejadas en el estudio “Panorama actual de las industrias creativas y culturales en la República Dominicana” de José Antonio Rodríguez.


Fuente: https://listindiario.com/economia/2021/08/29/685925/la-economia-naranja-clave-para-sobrevivir-a-la-crisis-de-la-pandemia


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