Poema de Gerardo Roa Ogando: "Haití, túnel sempiterno"
Un sufrido pueblo
que de gemir no detiene,
las trágicas consecuencias
de su sendero sangriento.
Un sufrido pueblo,
que de sentir no detiene,
el trago amargo
de su marginal desastre.
Un sufrido pueblo,
que de vivir no detiene,
el yugo opresor de sus verdugos.
Un sufrido pueblo
que sosiego no ha sentido,
de sus bienes, el desfalco,
su extrema pobreza.
Un sufrido pueblo,
sin libertad;
del desorden, de la barbarie,
del pillaje,
de la anarquía sin piedad.
Un sufrido pueblo,
que la aridez
y el estéril polvo
que pisa la plana
y agrietada planta de sus pies,
castiga.
Un sufrido pueblo,
con poco a su favor, ,
un pobre pueblo hundido
por el llanto, el clamor y el dolor.
Un sufrido pueblo,
muy desfavorecido,
por las movidas tectónicas
de las naturales placas subterráneas.
Haití, un triste pueblo,
que llora y sufre
las desgracias del desastre
complejo, social, geopolítico, natural.
Un sufrido pueblo
es Haití,
Roguemos por él...
Tal vez se apiaden los dioses
del Olimpo posmodermo,
y cambien así el destino
de su túnel sempiterno.
Un sufrido pueblo
que de gemir no detiene,
las trágicas consecuencias
de su sendero sangriento.
Un sufrido pueblo,
que de sentir no detiene,
el trago amargo
de su marginal desastre.
Un sufrido pueblo,
que de vivir no detiene,
el yugo opresor de sus verdugos.
Un sufrido pueblo
que sosiego no ha sentido,
de sus bienes, el desfalco,
su extrema pobreza.
Un sufrido pueblo,
sin libertad;
del desorden, de la barbarie,
del pillaje,
de la anarquía sin piedad.
Un sufrido pueblo,
que la aridez
y el estéril polvo
que pisa la plana
y agrietada planta de sus pies,
castiga.
Un sufrido pueblo,
con poco a su favor, ,
un pobre pueblo hundido
por el llanto, el clamor y el dolor.
Un sufrido pueblo,
muy desfavorecido,
por las movidas tectónicas
de las naturales placas subterráneas.
Haití, un triste pueblo,
que llora y sufre
las desgracias del desastre
complejo, social, geopolítico, natural.
Un sufrido pueblo
es Haití,
Roguemos por él...
Tal vez se apiaden los dioses
del Olimpo posmodermo,
y cambien así el destino
de su túnel sempiterno.
Fuente: Maestro Gerardo Roa Ogando, Director de la Escuela de Letras en la Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma de Santo Domingo