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El 11 de enero de 1998, Juan Bosch escribió, de puño y letra, en el libro de visitantes distinguidos del Panteón de la Patria: “Eugenio María de Hostos no ha muerto ni morirá mientras los pueblos del Caribe mantengan su imagen de creador de la enseñanza que lo convirtió en padre de todos los hijos de nuestras tierras”.


Veintidós años antes, el mismo Juan Bosch, en el prólogo a la edición puertorriqueña en Hostos: El sembrador, escribió sobre el padre de la educación moderna en la República Dominicana, “…ese gigante, que siendo, como era, puertorriqueño, figura por derecho propio entre los cinco forjadores de la patria dominicana”.  


Los planteamientos de este discípulo tardío del pensamiento del insigne maestro Eugenio María De Hostos, evidencian la deuda impagable que todos los dominicanos tenemos con el Padre de la educación moderna en la República Dominicana.


Por tal razón, nos ha causado una gran sorpresa, la infausta noticia apreciada en los medios de comunicación de República Dominicana , de que el diputado Orlando Jorge Villegas  presentó en la Secretaría General Legislativa de la Cámara de Diputados un proyecto de ley que busca que se modifique el nombre del Parque Eugenio María De Hostos, para que en lo adelante se denomine “Parque Eugenio María De Hostos Memorial Jack Veneno”, nombre del meritorio luchador profesional “Jack Veneno”, cuyo nombre de pila era Rafael Antonio Sánchez.


No cabe la menor duda, de que el meritorio luchador profesional “Jack Veneno” precisa de un gran reconocimiento de la sociedad Dominicana, por el tiempo y los esfuerzos dedicados a la industria del espectáculo, en momentos tan difíciles como los de la década de los años setenta. No obstante, tan justificado reconocimiento no puede ir en desmedro de lo que ha representado y representa en la historia dominicana la figura del gran maestro, luchador constitucionalista, filósofo, maestro de la educación nacional, creador de leyes trascendentales para la educación nacional, creador de instituciones educacionales de gran valor y símbolo de la educación concientizadora; a través de una postura científica positivista y de una metodología esencialmente lógica y observacional.


La trascendencia de la figura y del pensamiento del luchador antillanista, opuesto a las corrientes neocolonialistas del pensamiento occidental, esclavista, discriminatorio, xenófobo, anti intervencionista, negador de los aportes y de las herencias de las poblaciones originarias y de los crímenes contra los afrodescendientes en América Latina y El Caribe, traídos de África mediante el trafico más asqueante de esclavos para Brasil, El Caribe, Colombia, Venezuela, Cuba, Jamaica y otros núcleos de poblaciones humanas; colocan a Don Eugenio María De Hostos en el sitial de los pro- hombres imprescindibles como modelos paradigmáticos en el pasado, presente y futuro, que yendo más allá de lo local, se coloca en el plano de lo global como “Ciudadano del Mundo”.


En tal sentido, invitamos al legislador Orlando Jorge Villegas a retirar el embeleco de pieza legislativa que pretende presentar como reliquia de última hora contra el nombre y la herencia de Eugenio María De Hostos.


De igual manera, llamamos a los conocidos intelectuales hostosianos de República Dominicana, a que se sumen a la más firme oposición contra el proyecto del diputado Orlando Jorge Villegas, que pretende arrancarle el nombre de Eugenio María De Hostos (1839-1903), al tradicional parque de la histórica Ciudad de Santo Domingo.


Asimismo, hacemos un llamado a los honorables miembros del Senado y de la Cámara de Diputados,  al Ministerio de Educación Superior Ciencia y Tecnología, y especialmente, a su Ministro Dr. Franklin García Fermín, al Ministro de Educación Doctor Roberto Fulcar y a la Presidente de la gloriosa Asociación Dominicana de Profesores (ADP), la Profesora Xiomara Guante, para que se empeñen en esta lucha contra el populismo pseudo cultural y contra la injusticia y el error a enfrentarse resueltamente contra el inefable proyecto del dicho diputado.


Porque tal y como dijera Francisco Henríquez y Carvajal en su obra Hostos: ofrendas a su memoria: “Hostos es de la familia de los grandes iluminadores de la historia”…..y por tanto…” su nombre es amado, su memoria venerada”.




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