Reflexión a raíz de la conmemoración de los 177 aniversario de la nuestra Independencia Nacional del pueblo haitiano

Por el Prof. Anthony Almonte.

Cuando nos referimos a la independencia de la República Dominica, se deja por entendido que la misma se consolida la noche del 27 febrero del 1844, percepción que las personas logran  cambiar  desde que inician a  profundizar en la historia y los eventos que luego fueron  suscitados a raíz de la proclamación de misma, la noche del 27 fue el inicio  de lo que serían más de Diez años de luchas constantes para poder   consolidar  el proceso de independencia en nuestro país.

Las  luchas con los haitianos después la separación abrieron los caminos a la formación de los  organismos institucionales  propio de un Estado para poder defender el territorio de la amenaza de invasión por parte de los haitianos. La mayoría o casi todas la lucha armada fueron en territorio dominicano sobresaliendo en las mismas grandes personalidades que fueron figuras determinantes en cada batalla o encuentro.

Hoy se discute que las batallas más importantes fueron las del 19 y 30 de marzo del 1844, el Número y Las Carreras del 1845 en tal caso pueden afirmar que cada choque y batalla fue importante en su momento e inspiradora para que los dominicanos que vencieron en las mayoría de la misma, motivo por el cual cada victoria era una inspiración más  para seguir luchando por su nueva patria. 

Para nadie es un secreto que se ha querido crear una Nación que tenga conciencia cuando se refiera a los temas de la patria y su propia historia, pero ha existido un enfoque que tal vez se aleje de la realidad en cuanto la historia nuestra. Quiero dirigir mi reflexión hacia la forma en cómo se educa a nuestro jóvenes  con respecto al tema.