Por Alfredo García

Sobre el tema del adelanto del 30 % de los fondos de pensiones por parte de las AFP a sus afiliados, debo decir que le doy un apoyo INFORMADO a esa iniciativa. He leído y escuchado los diferentes puntos de vista al respecto y creo que las posiciones a favor y muchas de las que están en contra son bienintencionadas. Unas fundamentadas en lo ideal y otras en lo posible.


Llevan razón quienes alegan que la clase asalariada no debería ser la que cargue con el peso de la crisis económica generada por el COVID-19 en en RD, sino que debe ser el Estado y sobre todo las AFP y las empresas quien pague el costo, nos plantean lo que debería ser, lo ideal, no lo que es ni lo puede ser en este momento y en la sociedad en que vivimos.


El mayor temor de quienes no ven con buenos ojos que trabajadores reciban un adelanto del 30 % de lo que tienen acumulado en sus fondos de pensiones, es que esto afecte el retiro de los mismos, mermando la cantidad que recibirían al momento de retirarse, dan por sentado que esas pensiones se recibirán algún día.


Aunque sería lo ideal, la clase asalariada dominicana, aún sin tocar el 30 % de lo que trabajadores tienen acumulado en sus fondos de pensiones, no tiene garantizado que recibirá una pensión al momento de su retiro, así lo prueba nuestra historia. Pongo por ejemplo, la quiebra en la década de los 90 del Banco de los Trabajadores, pero nuestra débil institucionalidad y la rapacidad  de nuestros políticos me permitirían saturarles con ejemplos de que en RD nada está seguro. 


Los  mismos críticos bienintencionados de la iniciativa para que asalariados reciban adelanto del 30 % de lo que tienen acumulado en sus fondos de pensiones, nos edifican sobre la realidad de que, en la inmensa mayoría de los casos, pensiones serían  aproximadamente un 21 % de su salario actual, es decir una miseria que no nos daría para sobrevivir.


Por otro lado, de poco le sirve a la clase asalariada dominicana que padece hambre y necesidades HOY, el asegurar una dudosa pensión de hambre para cuando le reste poco de vida si es que no mueren antes.


Ya tendremos tiempo si sobrevivimos a la pandemia y su secuela de hambre y miseria para luchar por una pensión digna y efectiva para la clase asalariada, así como por muchas otras conquistas que tenemos pendientes. Esta lucha permite ejercitarnos. Apoyemos a nuestra trabajadores en su desesperado reclamo por adelanto el 30 % de lo que tiene acumulado con AFP, a la vez que la educamos en sus intereses estratégicos de clase e incentivamos su organización para las luchas futuras.


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