Por: Rosibel Núñez
Estamos en tiempos de escasez, pero no solamente por las demandas de agua, aunque no lo notemos o no le pongamos tanta atención cómo se debería, estamos escasos de valores, emociones, pero sobre todo de tolerancia ya no sabemos que es sobrellevar a los demás, darles el trato que tanto exigimos día a día, queremos tantos cambios sin siquiera hacer algo al respecto.
Nos podemos pasar todo el día quejándonos por lo que está mal y ni siquiera intentar hacer algo bueno, al menos para diferenciarnos del resto. El mundo no va a cambiar de un instante a otro, pero puede ir mejorando con cada cambio de nosotros. Y es bueno que nos preocupe y nos hagamos consciente de los problemas climáticos, pero no debemos enfocarnos sólo en eso. Debemos pensar en el futuro, en lo que queremos que nuestra descendencia aprenda, logre y tenga y tal vez si empezamos desde ahora, los tiempos que vienen sean mejores.
Tenemos que aprender a cuidarnos y respetarnos ya que lo único que nos llevaremos al morir son nuestros valores, lo que dimos cuando estuvimos, nuestra esencia es lo que nos define, lo que proyectamos y lo que tenemos para dar siempre.
Estamos carentes de emociones, ahora la moda es siempre estar con mala cara hablándole mal a los demás, fríos, viendo cómo a otras personas les afecta nuestra actitud indiferente sin ganas de ayudar, pero no nos importa, porque ahora ya no piensan en "cuidar al prójimo como a uno mismo".
Pero tienen razón, también debemos preocuparnos por el planeta...
Pero, si no cambiamos nosotros ¿cómo podemos esperar que nuestro ambiente lo haga?
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