El tiempo: una espada de doble filo en las relaciones

La mayoría de las personas no tienen la dicha de mantener una relación estable y duradera. Los rompimientos y los divorcios están a la vuelta de la esquina, y las relaciones son menos duraderas y carecen de sentido de compromiso. Tal vez, debido a la evolución, las mujeres son más independientes y menos tolerantes. En lugar de buscar igualdad, parecen competir con los hombres, ambos buscando demostrar quién es mejor.

Hoy en día, las parejas son menos cariñosas y existe cierto desapego. Frente a problemas, cada vez más parejas optan por separarse o divorciarse en lugar de comunicarse y buscar una solución mutua.

Son pocas las relaciones que llegan a los 2 o 3 años, y aún menos los matrimonios jóvenes que superan los 5 años de duración.

Pero, ¿qué sucede en algunos casos especiales cuando se ha compartido tanto tiempo juntos? ¿Lo que los mantiene unidos es el amor o simplemente la costumbre?

Cuando hemos estado unidos a otra persona durante mucho tiempo, corremos el riesgo de caer en la monotonía y perder la magia inicial que sentíamos por nuestra pareja.

El tiempo puede ser una espada de doble filo: puede afianzar enormemente la relación y crear un sentimiento de seguridad a través de la cotidianidad. Sin embargo, desde otro punto de vista, cuando uno de los dos miembros de la pareja necesita más demostraciones de amor que el otro, puede crearse un desequilibrio. En ese caso, la persona puede sentir un desinterés y una falta de afecto emocional, donde lo único palpable es la inseguridad y la idea de que la relación está llegando a su fin.

Hagan de sus relaciones un invento nuevo cada día, no permitan que los detalles y el amor se pierdan. No dejen caer su relación en el abismo de la costumbre y la monotonía que llega con el paso de los años.

Amar es reinventar cada día un nuevo método para que nuestra pareja sepa que la amamos por quien es.