Por Sixto Vladimir Marrero


El complejo deportivo La Barranquita fue construido en Santiago de los Caballeros en 1986 durante el gobierno del presidente Salvador Jorge Blanco, con motivo de la celebración de los XV Juegos Centroamericanos y del Caribe. Esta destacada obra ha sido lugar de entrenamiento para numerosos atletas de diversas disciplinas. Sin embargo, hoy en día se encuentra abandonado por las autoridades dominicanas, como si fuera un niño huérfano sin nadie que cuide de él, y se deteriora mendigando por una atención mínima.



En la actualidad, La Barranquita se encuentra en ruinas: los baños de los diferentes pabellones están inhabilitados, las luces están dañadas y las puertas y techos están deteriorados. Además, no se cuenta con equipamiento deportivo y la seguridad es escasa, ya que rara vez se ve un oficial por los alrededores para mantener el orden y salvaguardar lo poco que queda de las instalaciones.


A pesar de su lamentable condición, las áreas de baloncesto, voleibol, karate, tenis de mesa, danza, así como los estadios de béisbol y sóftbol, son visitados constantemente por deportistas de distintos lugares de la ciudad corazón. Estos atletas reclaman insistentemente la reparación del complejo.


Sin embargo, a pesar de las constantes exigencias, parece que las autoridades y muchos comerciantes ignoran las necesidades de restauración del campo deportivo. Años tras año, estos comerciantes se beneficiaron económicamente cuando en este lugar se realizaba la famosa feria de Expo-Cibao.



No existen datos específicos sobre el monto invertido durante el gobierno de Jorge Blanco en la construcción de este complejo, pero algunas fuentes estiman un costo mayor a los 40 millones de pesos. No obstante, se calcula que esta extensa instalación deportiva requiere una inversión de más de 450 millones de pesos para recuperar su estado original y así recobrar su esplendor.


Este complejo, que parece ser un hijo de nadie, clama a gritos por la intervención del gobierno, de las instituciones y de los comerciantes que en algún momento se beneficiaron económicamente al realizar actividades en esta área deportiva. La voz de los atletas también se une en esta petición, exigiendo un lugar digno para realizar sus entrenamientos, con mejores condiciones y mayor calidad.

Para leer más artículos de Sixto Vladimir Marrero, da clic aquí