Palabras de Ricardo Arjona:

Nos gastamos más de la mitad de la vida buscando a alguien que se parezca tanto a nosotros para llevárnoslo a la casa y poder emprender una especie de aventura sentimental, pero siempre decimos: “Tiene que ser igual a mí”, como si nosotros fuésemos la gran cosa. De repente, de repente a uno le pasa que después de un rato de tratar de conseguir a una gente así uno descubre que después del tiempo ella sale del cuarto, saca la cabeza y dice: noche, y uno le contesta: día. Porque sí nada más. Uno dice blanco, ella dice negro. A uno le gusta el futbol, a ella le gusta el beisbol. Entonces uno comienza a cometer errores, uno trata de largarse del lugar, voltea a ver y se supone que tendría que estar y se da cuenta que se largó antes que nosotros. Uno va y busca por la vida un nuevo camino. Entonces uno se busca una nueva mujer que se parezca mucho a nosotros, una que le guste el futbol también. Y se consigue a una chica que le guste el futbol y ella se consigue a un tipo que le guste el beisbol, y cada uno emprenden su nuevo camino.

A mí me pasó y era impresionante cuando empecé a salir con esta chica porque yo decía: “Hoy tengo ganas de ir al cine” y ella decía: Es justo lo que estaba pensando, yo también quiero ir al cine. Y vamos a un bar y pedí un trago: “A mí me da un tequila por favor” y ella decía: “Yo también quiero un tequila, me encanta el tequila”. Entonces se convierte todo y se convirtió todo en algo tan maravilloso y tan organizado y tan perfecto que me bastaron catorce días para aburrirme completamente de aquella mujer. Mientras por el otro lado, la que se fue con el beisbolista estaba padeciendo la misma historia, lo único que ella aguantó un poco más que yo, ella aguantó quince días. Al día número dieciséis nos llamamos por teléfono, nos citamos en un café, charlamos por un rato y llegamos a la maravillosa conclusión que para ser amigos es necesario ser bastante afines, pero para ser amantes y amarse no hay nada mejor en el mundo que ser distintos.

Palabras de Axel Rubén:

Leonardo Da Vinci fundió cientos de mágicas neuronas tratando de demostrar de si el arte era o no ciencia. Yo me atrevo a decir que el amor y enamorarse ESuna ciencia por el simple hecho de que cumple leyes, al menos de la física. Me explico: tal y como comentó Arjona, para ser amantes y amarse hay que ser diferentes. Trata de poner dos objetos con una misma cantidad de energía a interactuar a ver si no se repelen. Así es el amor, hay que ser diferentes pero iguales. Ser amantes y amarse.