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Un enfrentamiento violento ocurrido la noche del jueves en el estadio de Medellín dejó a una veintena de fanáticos y a un oficial de policía heridos, lo que provocó la suspensión de un partido de la liga colombiana, según informó la Alcaldía de la ciudad. El altercado comenzó durante el segundo tiempo del encuentro entre Atlético Nacional y Junior de Barranquilla, cuando seguidores de ambos equipos, ubicados en la tribuna del estadio Atanasio Girardot, protagonizaron una violenta pelea.

Atlético Nacional y Junior, dos de los clubes más seguidos en Colombia, se vieron envueltos en este incidente, que involucró principalmente a las conocidas "barras bravas". "Hasta el momento, se reportan un policía y 20 hinchas heridos, algunos de los cuales fueron trasladados a centros de salud", explicó el secretario de Seguridad de Medellín, Manuel Villa, a través de la red social X.

En las redes sociales circulan imágenes impactantes de los fanáticos utilizando cuchillos y palos durante la reyerta.

El árbitro del partido, correspondiente a la décima fecha del Torneo Clausura, decidió interrumpir el juego, y la policía procedió a evacuar a los espectadores. El presidente de Dimayor, Fernando Jaramillo, confirmó que el partido no se reanudará, a pesar de que Atlético Nacional estaba ganando 2-0 en ese momento. "Es inaceptable que las personas entren armadas al estadio. Algo está fallando en el control de seguridad", comentó Jaramillo en declaraciones al noticiero Noticias Caracol.

El alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, calificó a los agresores de "delincuentes". "Es lamentable que un evento deportivo termine en violencia entre quienes se hacen llamar hinchas. Evidentemente, aún nos falta mucho para vivir el fútbol en un ambiente de paz", escribió en X.

Este no es un hecho aislado. En abril de 2023, una de las principales barras de Atlético Nacional generó disturbios en protesta contra las decisiones de la directiva del club. La violencia relacionada con el fútbol colombiano ha sido un problema recurrente en los últimos meses, tanto dentro como fuera de los estadios.

Pese a los esfuerzos del gobierno, las autoridades del fútbol y los líderes de las barras para buscar soluciones, las negociaciones no han logrado detener los actos violentos. "Es evidente que las medidas actuales no son suficientes. Es necesario hacer una autocrítica y tomar decisiones más contundentes", añadió Jaramillo.

De acuerdo con una investigación del periódico El País de Cali, entre 2008 y 2020, un total de 149 aficionados del fútbol fueron asesinados en Colombia, según informes de la fiscalía, la autoridad forense y medios de comunicación locales.